Fuerte Punta Larga, “Borgoño”.
La estructura de la Batería del Fuerte “Borgoño”
es, sin duda, la que en mejores condiciones se ha mantenido, toda vez que se
encuentra al interior de los terrenos del Destacamento IM Nº 3 “Aldea” y que
anualmente reciben a la ciudadanía en sendas ceremonias militares.
Hasta
hace poco funcionaba en su interior un museo de artillería de costa. Por
desgracia sus piezas originales Krupp de 280 mm fueron desmontadas en la década
del 30 y actualmente existe emplazado un montaje Armstrong de 152/50 que, si
bien luce gallardo, no guarda relación con la altiva silueta de las piezas
originales. Estructuralmente el fuerte posee una nave central y dos alas
laterales construidas con un armazón de fierro y ladrillo, cubiertos por una
gruesa capa de concreto. Posee amplios túneles y galerías en su interior desde
donde operaba la dotación de las piezas. En el exterior de las alas laterales,
se habilitaron en la década del 70, graderías para recibir público, puesto que
dicho lugar se utiliza para ceremonias públicas en la Unidad. Actualmente, su
fachada se mantiene en condiciones óptimas y el reciente despeje de los árboles
que habían crecido en su exterior, hace relucir aún más su imponente
estructura.
Fuerte Punta de Parra, “San Martín”.
El
terreno donde se ubicaba el Fuerte “San Martín”, conocido como Punta de Parra,
al Sur de Tomé, fue traspasado a privados en la década del 60 y los últimos tiros
de sus baterías se realizaron en 1952.
Su
estructura, similar a las del Fuerte Borgoño, se encuentra en buenas
condiciones, obviamente sin emplazamientos de artillería, pero dado que a su
alrededor ha crecido un bosque de ya varios años, no se aprecia su obra sino al
adentrarse en él.
Actualmente
se ha privilegiado el acceso a las playas cercanas, sin reparar en el potencial
histórico de sus instalaciones. Las fachadas se encuentran rayadas, sin
embargo, es menester decir que la solidez de la construcción hace viable la restauración de su frontis y aprovecharlo para
sumar un atractivo turístico a la zona.
Si
bien sus terrenos pertenecen a la Armada, la cercanía del Estadio el Morro traspasado
en calidad de comodato a la Municipalidad de Talcahuano, hacen de esta
instalación, un sector de gran afluencia de público. Su diseño difiere del
resto de los fuertes, posee una nave central baja y dos alas laterales, las que
ya no cuentan con los montajes originales, estando su estructura de hormigón
completamente desnuda y de un corte más cuadrado y moderno que las descritas
anteriormente. Sus instalaciones se encuentran bastante deterioradas producto
del paso del tiempo.
Fuertes “Rodríguez” y “Beaucheff”.
Éstos
se encuentran ubicados en terrenos pertenecientes a la Armada de Chile y sus
estructuras originales no han sido modificadas, no obstante el paso del tiempo
ha deteriorado sus fachadas.
-
Conclusiones.
La
fortificación de la Bahía de Concepción, obedeció a una necesidad estratégica del
país a fines del siglo XIX. La materialización de lo planificado originalmente,
sufrió demoras y cambios que se vieron reflejados en el emplazamiento de
numerosas construcciones, sucesivos traslados y demoliciones que tuvieron lugar
a lo largo del siglo XX. Ya perdida la vigencia de la artillería de costa fija,
las diversas baterías fueron desmontándose, dejando tras de si, los viejos
edificios de hormigón y concreto que son hoy mudos testigo de un pasado
glorioso.
No
obstante lo anterior, el espíritu de los viejos Infantes de Marina, que con sus
manos chancaron las piedras que se utilizaron en los cimientos de los fuertes y
que años después cambiaron a pulso los cañones de ubicación, han dejado un
legado imborrable que aún atesoramos, quienes hemos de seguir su huella; quizás
no desde fuertes artillados, sino desde vehículos anfibios en un combate más
versátil que estático, pero con el mismo espíritu que legaron los viejos
“cosacos”
de antaño.
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